¿Cómo crear cursos online a partir de cursos presenciales?

Esa es la situación que más se da entre nuestros clientes y a la que estamos muy acostumbrados: crear cursos online a partir de cursos presenciales. El caso típico es una empresa de formación que siempre ha dado formación presencial y quiere meterse en el mercado de la formación online, subcontratando con nosotros todo el proceso y la gestión de sus cursos online.

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Pero ¿cómo se realiza todo el proceso? Es un proceso sencillo, pero bastante laborioso. Lo primero es analizar los cursos presenciales de los que dispone el cliente y los contenidos que se usan en los mismos (manuales, presentaciones, etc.). Luego, se habla con los profesores de éstos cursos para ver la forma en que los imparten, con sus características metodológicas y didácticas.

Finalmente, se decide hacer una adaptación de los contenidos y metodología didáctica a la formación online, mejorando el proceso de formación y haciéndolo más eficaz, eficiente y productivo. Con esta información, se desarrolla el Sistema de Formación Online, que normalmente incluirá un Sistema de Gestión del Aprendizaje (LMS) con su Servidor de Cursos, un Aula Virtual con videoconferencia múltiple, presentaciones, chat, compartición de pantalla, etc, un sistema de producción de contenidos e-learning basado en HTML5 en el estándar SCORM, un sistema de screencast para grabar clases del profesor y muchos elementos más.

Una vez tenemos todo esto claro, se decide empezar por un curso concreto que sea representativo de la formación que se imparte en la organización y se adaptan los contenidos, actividades y evaluación del mismo a la formación online, respetando los objetivos de aprendizaje originales. Se desarrolla el curso y se pone en marcha, evaluando el resultado del mismo y la satisfacción de los usuarios del mismo y del profesor. En base a esa experiencia se obtienen conclusiones y se mejora el curso. Luego, se utiliza esa experiencia para desarrollar el resto de los cursos de la organización. Así, obtenemos unos cursos online basados en un Sistema de Formación Online eficaz, eficiente y productivo, que es lo que el cliente pretende obtener siempre.

Posteriormente, ofrecemos al cliente el mantenimiento del Sistema de Formación Online, tanto en su vertiente tecnológica como en la didáctica, haciendo un seguimiento de los cursos ofertados y sugiriendo medidas de mejora de los mismos. Con esto acaba la fase de desarrollo del Sistema de Formación Online del cliente y empieza la relación a largo plazo con el mismo para el mantenimiento del mismo. Ese es nuestro trabajo. 🙂

 

Sobre los que se llaman a sí mismos «diseñadores instruccionales»…


Tras mi intensa recolección de contactos profesionales relacionados con e-learning en LinkedIn (ya tengo más de 6.000 a nivel mundial), me he encontrado con muchos «profesionales» del área que se llaman a sí mismo «diseñadores instruccionales». La inmensa mayoría no tienen ni idea de lo que significa ese término. 😛

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La mayoría de estos supuestos «diseñadores instruccionales» son, simplemente, gente que se dedica a hacer transparencias en PowerPoint para cursos online y luego las pasan por Adobe Captivate, Articulate Storyline, o Lectora para generar lo mismo en HTML 5 en formato estándar para contenidos de e-learning: SCORM.

Me da mucha pena esa gente porque, en mi opinión, no tienen ni idea de lo que es la formación online. Un diseñador instruccional debería ser una persona que diseña experiencias de aprendizaje efectivas, que tiene claro los objetivos de aprendizaje de cada curso y  que los cumple haciendo, sobre todo, actividades que desarrollen esos objetivos. También genera contenidos, es cierto, pero eso es lo menos importante. Un buen curso online puede hacerse sin contenidos (basta con poner una actividad para que los alumnos busquen esos contenidos en Internet), pero jamás se debe hace sin actividades.

Lo más parecido a una actividad que esa gente conoce son los «exámenes tipo test» autocorregidos por su LMS de preferencia (Moodle, Blackboard Learn, etc.) Yo considero que ese tipo de «exámenes» no deben ser más que actividades de asentamiento de los contenidos y que no deben de tener un número máximo de intentos, sino permitir al alumno que haga la «autoevaluación» tantas veces como quiera y sólo se almacene la calificación del último intento. Si ésto se hace bien, cada intento tendrá preguntas distintas aleatoriamente escogidas de una buena base de datos.

En definitiva, que creo que lo más importante que tiene que diseñar un «diseñador instruccional» son las actividades del curso para lograr los objetivos del mismo. Además, creo que la mayoría de esas actividades deberían ser resueltas por los alumnos de forma colaborativa en los foros del curso (esos «diseñadores instruccionales» muchas veces diseñan cursos que ni siquiera tienen foros de discusión, cuando para mí son la parte más importante de los cursos online). Entre estas actividades colaborativas, las autoevalaciones y un trabajo final individual se puede definir la evaluación final del curso.

Tenía que contar ésto porque no soporto los cursos que consisten en pasar transparencias una tras otra y hacer exámenes tipo test con 3 intentos. 😛  Si alguno coincide conmigo, le ruego me deje algún comentario al respecto en el blog.

Gracias. 🙂